lunes, 27 de septiembre de 2010

Otra temporada sin título


El español Ángel Gómez, gerente deportivo de Barcelona, y Juan Manuel Llop, director técnico

La esperanza de lograr la tan ansiada estrella catorce se desvanece cada vez más para los hinchas del Ídolo del Astillero. Su posición en la tabla y su distancia del puntero parecen tajantemente así confirmarlo. Tras el partido de ayer con Deportivo Cuenca, Barcelona quedó a diez puntos del primer puesto e incluso el director técnico, Juan Manuel Llop, reconoce que pelear por el campeonato es prácticamente un sueño imposible. ¿Cuáles son los factores que han conspirado para esta nueva debacle del ídolo?

El perfil que debe tener el DT de Barcelona
La dirigencia cometió un gravísimo error al ratificar desde el año anterior al entrenador Juan Manuel Llop. El argentino apenas había salvado la categoría en el 2009, el peor año en la historia de Barcelona desde que se juegan los campeonatos nacionales. Sin embargo, en un afán de mantener un supuesto proceso, el presidente Eduardo Maruri y su comitiva decidieron que lo mejor para el equipo era ratificar a un entrenador que estuvo apenas a un punto de llevar a Barcelona a la Serie B, rematando en el decimo puesto entre doce equipos. Cabe recalcar que seguir un proceso, y escaparle a la tendencia resultadista de echar entrenadores después del tercer o cuarto partido siempre será saludable en la medida de que se cuente con el cuerpo técnico idóneo para el mismo.

Tras quince meses a cargo del club guayaquileño, Juan Manuel Llop aún no logra establecer una identidad y estilo de juego. Sobran los dedos de una mano para contar los partidos en que el Ídolo ha mostrado un fútbol medianamente aceptable a pesar de que semana tras semana Llop declare que Barcelona está jugando “excelentes partidos que ilusionan a cualquiera”, como lo hizo tras el empate a cero ante Espoli, uno de los coleros del torneo. El paupérrimo futbol mostrado por Barcelona, más allá de su reducida plantilla, parte principalmente por la figura táctica escogida, y la falta de correctivos a la misma debida a una sorprendente carencia de autocrítica del entrenador argentino, resumida en su soberbia aseveración de que “no hay equipo en Ecuador que juegue mejor que Barcelona”.

El director técnico a ser escogido por la dirigencia debería ser un profesional exitoso, ganador, un verdadero estratega, motivador, que tenga ascendencia en los jugadores, de mucha personalidad, que sepa manejar al grupo, y que sea también capaz de soportar la presión mediática que genera un equipo como Barcelona Sporting Club, ávido de títulos desde 1997. Tendría además que entender el peso de la historia del club, respetar la misma, no conformarse con ser simples animadores del torneo. Llop sin embargo, tras rematar Barcelona tercero en la primera etapa del campeonato – lo que le significo perder la primera chance de disputar el título de campeón –exclamó que “nunca había estado obligado a ser primero sino protagonista”. Un técnico que haga este tipo de declaraciones, por más que no cuente con un plantel exquisito, simplemente no puede dirigir a Barcelona pues no está acorde con la tradición del club. Lo contrario sería una gravísima pérdida de identidad que se vería reflejada en cancha y en futuras generaciones de jugadores. En todo equipo grande un segundo lugar es un fracaso y Barcelona jamás celebró vicecampeonatos, mucho menos tercer puestos. No obstante, al final de la primera etapa el presidente Maruri presentó un boletín de prensa en todos los medios resaltando el tercer lugar conseguido por Barcelona, anunciado a esta magra campaña como la mejor de los últimos siete años, y la mejor en la historia en cuanto a partidos de visitante. Toda una vergüenza para la sufrida hinchada del Ídolo.

La era Ángel Gómez
Luego de los fracasos del 2008 y el 2009, la dirigencia de Barcelona, conformada por personas que han demostrado continuamente tener un conocimiento muy escaso de fútbol (el presidente de la Comisión de Futbol (CF), Carlos Manzur, por ejemplo, manifestó en mayo que Barcelona hace quince años no llenaba ¡ni el ochenta por ciento del estadio Atahualpa!) tomó la decisión de contratar los servicios de un asesor deportivo, procediendo a importar desde España a Ángel Gómez, un novel dirigente proveniente del Club Esportiu Europa, un pequeño equipo de la tercera división española que no aparece en primera desde 1931; y estableciendole un oneroso contrato que contempla incluso premios por empates. Una de las primeras disposiciones de Gómez fue establecer que la figura táctica a emplear Barcelona en el 2010 debería ser el 4-3-3 pues permitiría desarrollar futbol a base de triangulaciones y aminorar el desgaste físico, según explicaciones del flamante gerente deportivo.

En el mundo del futbol, los jugadores están siempre por encima del sistema. La estrategia y la táctica nacen a partir del plantel con el que se cuenta. Esto parecería ignorarlo Ángel Gómez, de quien dudo haya estado empapado de la realidad de Barcelona SC mientras trabajaba en el CE Europa. No por tener muchos delanteros se es más ofensivo, y Barcelona en estos nueve meses del año jamás ha mantenido un rendimiento sostenido, el futbol a base de triangulaciones no aparece nunca. En sí, el volumen de juego de Barcelona a partir del sistema 4-3-3 impuesto por Gómez, deja mucho que desear. Los delanteros en punta no tapan la salida del rival y casi nunca ganan la raya, generando muy poco dentro de lo que se espera de los delanteros bajo este módulo táctico, como lo es el ganar en el mano a mano al defensa rival. Ricardo Noir y Luis Bolaños, los delanteros escogidos durante la mayor parte del año para esta función, casi siempre chocan simplemente con el rival pues carecen de dribbling e inventiva.

En la media cancha, donde se ganan los partidos de futbol, el Ídolo se muestra muy frágil pues la figura impuesta por Gómez requiere la presencia de solamente un volante de marca, y ha quedado demostrado que Fernando Hidalgo no puede él solo sostener las embestidas de una media rival que por lo general juega con cuatro volantes, como es común en toda Sudamérica; como que tampoco genera lo que un volante recuperador debe generar bajo el 4-3-3. Por otro lado, el único jugador que puede crear algo de futbol en esa media, el argentino Matías Oyola, es desperdiciado ya que la mayor parte del partido aparece socorriendo a Hidalgo en marca. Además, al tener que cubrir vastos sectores del campo, los tres volantes de Barcelona se juntan poco (completa la figura el argentino Christian Sánchez Prette) conspirando contra la presencia de “pequeñas sociedades”, tan importantes en el fútbol.

Indiscutiblemente, el 4-3-3 recomendado o impuesto a Juan Manuel Llop, deja demasiados espacios en la media cancha, lo cual ha sido aprovechado por varios de los rivales de Barcelona a lo largo de todo el torneo. Barcelona se muestra casi siempre sometido, sin ideas, sin marca, regalando la media cancha y generando muy poco. El argentino Llop manifiesta continuamente que a Barcelona “sólo le falta el gol” pero para anotar primero hay que generar ocasiones de gol, y Barcelona por lo general en cada partido apenas llega no más de tres veces con claridad al arco contrario. El juego de Barcelona se caracteriza generalmente por contínuos pelotazos desde los costados al centro delantero de turno, sea Juan Anangonó o el paraguayo Juan Samudio. Este estilo de juego no hace más que facilitar el trabajo de los defensas rivales. No se ven cambios de frente, ni tiros de media o larga distancia, ni llegadas de los laterales, ni desplazamiento de los volantes. No hay paredes. No hay casi nada rescatable para el hincha que gusta del buen futbol más allá del resultado.

En realidad, Barcelona muestra un juego bastante pobre donde varios partidos los ha ganado con algo de suerte, por la mínima diferencia, por alguna individualidad de algún jugador que se atrevió a salirse del cansino libreto, o porque sus rivales han sido más pobres aun. Lo más preocupante es que Juan Manuel Llop pretenda engañar a prensa e hinchada al final de cada partido manifestando que Barcelona juega de manera excelente, que pasa por encima a sus rivales, que es superior y otros disparates por el estilo, que de tan repetidos se han hecho ya hasta normales. ¿Acaso el director técnico argentino no tiene el coraje necesario como para cambiar de manera tajante un sistema por demás equívoco impuesto por un joven entrenador de las inferiores de un club de la tercera división de España? ¿No exige la Comisión de Futbol, liderada por Carlos Manzur, ex Presidente de la Asociación de Futbol del Guayas, respuestas a Llop y Gómez? ¿Quién manda en el área futbolística en Barcelona?

La Plantilla
Por último, es necesario mencionar en este análisis al plantel con el que Barcelona enfrenta el torneo 2010. Tras el desastre en el 2009 – calificado como un “fracaso relativo” por el presidente Eduardo Maruri – era evidente que Barcelona necesitaba reforzarse en varios sectores del equipo, y con jugadores de primer nivel. Contando con uno de los presupuestos más altos de nuestro futbol sin embargo, Barcelona no sólo que debilitó su plantilla tras la salida de varios jugadores sino que se llenó de jugadores de poca monta, actuando como si fuera un pequeño equipo de media tabla para abajo. Sin embargo, el ex presidente de la CF, Alfonso Harb, en un grosero acto de inmodestia anunciaba al país entero que Barcelona era el equipo que mejor se había reforzado.

En la elección de jugadores se cometieron graves errores. Por ejemplo, en centro de la zaga se dejó ir a experimentados jugadores como Segundo Matamba, Carlos Castro, y Víctor Montoya desarmando este sector de la zaga. Tras la salida de los tres centrales, Juan Manuel Llop recomendó utilizar el último cupo de extranjeros que le quedaba a Barcelona en un defensa central argentino suplente en Gimnasia y Esgrima de La Plata, Lucas Landa. El back centro apenas jugó tres partidos en el Ídolo, regresando a su país al final de la primera etapa. Todo un desperdicio, considerando que se dejó ir a tres jugadores en ese puesto.

La llegada de Landa precipitó la salida de uno de los mejores volantes mixtos que ha tenido Barcelona en muchos años, Hernán ‘El Sapito’ Encina. Dueño de un gran tiro de media distancia y una excelente visión dentro del campo para dejar a los delanteros mano a mano con el arquero rival, además de apoyar en la marca, Encina se perfilaba como un jugador para tener por muchos años en Barcelona. Sin embargo, entre Llop y Gómez decidieron que Encina estaba de más. El Sapito hoy destaca y hace goles en Gimnasia y Esgrima de La Plata de su natal Argentina. Lucas Landa es nuevamente suplente en el mismo equipo.

Tras la salida de Landa, la dirigencia de Barcelona trató de corregir el error buscando a un jugador de características similares a Encina. El favorecido fue Christian Sánchez Prette, quien llegó fuera de actividad tanto por sus lesiones como por el bajo rendimiento mostrado en Newells Old Boys y Estudiantes de La Plata, sus anteriores equipos. Irónicamente, Llop, responsable de la salida de Encina, manifestó a la prensa que todo el año habían estado buscando un volante por derecha pero que a Sánchez Prette había que esperarlo al menos un mes para que debute con Barcelona. El ex Estudiantes no muestra ni la mitad de lo que ofreció Encina, uno de los pocos rescatables del 2009. Es más, recientemente manifestó que la figura táctica ordenada por Llop/Gómez no le favorece a su futbol pues no siente la función de marca.

Otro de los refuerzos es el argentino Ricardo Noir, jugador que también llegó tras varios meses de inactividad por graves lesiones que parecieran han mermado su capacidad para el choque cuerpo a cuerpo. Noir pasa más tiempo en el piso que gambeteando, función para la que se le contrató. Es como si temiera nuevamente sufrir una lesión. El, al igual que el paraguayo Samudio, inspiran poco temor en los defensas rivales, son fáciles de controlar, y no le representan garantía de gol a Barcelona. En otras palabras, los refuerzos extranjeros escogidos por la dirigencia no hacen la diferencia.

Completan los refuerzos del Ídolo este año Jonathan Montenegro, quien nunca había jugado en primera división; Henry León, ex Espoli y quien andaba por el futbol de Egipto sin mayor suceso; Luis Macías, proveniente de la descendida Liga de Portoviejo y ya separado por indisciplina; el arquero Daniel Viteri, suplente en su anterior equipo y suplente en Barcelona; y el delantero Luis Bolaños, figura en el 2008 pero también sin actividad por bajo rendimiento desde que emigró al futbol brasileño pasando sin pena ni gloria por el Santos e Inter de Porto Alegre. Bolaños es el jugador más caro del plantel pero apenas ha marcado cinco goles y ya estuvo envuelto en un grave escándalo: fue apresado por manejar en estado etílico. Su relación con la hinchada no es buena y actualmente tampoco juega por lesión. Otros jugadores que salieron son el buen lateral Wilson Folleco; el lateral izquierdo, Oscar Baguí; el experimentado volante de marca, Carlos Hidalgo; y el paraguayo Raúl Román. En conclusión, muy pocos refuerzos y de muy poca trascendencia para un equipo que necesitaba muchísimo más; y como aditivo, podemos señalar que el DT Llop es de esos entrenadores que resisten la presencia de un diez, por lo cual se desistió de la contratación de un generador de juego, tan imperioso para este Barcelona 2010.

El 2011
Mientras se rumora la salida del entrenador Juan Manuel Llop y se lanzan ya nombres de refuerzos para el 2011 no podemos olvidar que Barcelona necesita un cambio estructural urgente. Necesita que quienes manejen la institución sean personas honestas, preocupadas por el club y no por su imagen o carrera política. Que al gerente deportivo se le establezca el verdadero alcance de sus labores, las cuales no deberían implicar el determinar cómo debe jugar el equipo. Caso contrario se arriesga el contratar un técnico de prestigio a cambio de algún títere que acepte imposiciones. Que quienes estén a cargo de tomar decisiones en cuanto al plantel sepan de futbol. Y que entiendan que Barcelona está llamado siempre a ser primero, así lo demanda su hinchada y su historia.

1 comentario:

Silvio Vega A. dijo...

Buen post loco, la dura realidad del equipo, necesitamos cambios de urgencia