miércoles, 5 de enero de 2011

BARCELONA POLITIZADO

Me pregunto si estando vivo José María Velasco Ibarra, cinco veces presidente de Ecuador, cambiaría su famoso lema y diría en estos tiempos: “dadme a Barcelona Sporting Club y seré presidente”. Y es que pareciera que muchos políticos nuestros, en una desmedida obsesión por el poder, buscaran al Ídolo del Astillero como su balcón predilecto desde el cual llegar a las masas. Barcelona es el equipo de mayor hinchada en el país, la cual incluye a unos seis millones de ecuatorianos según un estudio de la Escuela Politécnica del Ejército. Los éxitos deportivos de Barcelona podrían fácilmente catapultar a sus dirigentes de turno a una amplia aceptación popular. Es así como diferentes partidos políticos han tenido presencia en el Ídolo del Astillero.

La tienda política de mayor representación en BSC ha sido el Partido Social Cristiano (PSC). En los últimos treinta años, Barcelona ha sido presidido entre otros por Isidro Romero, Galo Roggiero, Heinz Moeller, y en la actualidad por Alfonso Harb, todos en algún momento miembros del congreso por el PSC. Estos, aseguraron la continua presencia de aquel partido político a través del nombramiento de Jaime Nebot, hombre de mucho poder e influencia y desde hace varios años alcalde de Guayaquil, como Presidente Vitalicio de BSC. Son siempre muy escasas y timoratas las intervenciones del presidente vitalicio en cuanto a soluciones a la gravísima, continua, y creciente crisis del Ídolo, sin embargo, antes de cada elección se consultaría siempre con el alcalde. Incluso tras la renuncia de Eduardo Maruri el mes pasado, se llevó a cabo una reunión en la alcaldía donde se comunicó del hecho primero a Nebot, y luego a la prensa y pueblo en general. Muy poco o nada para tan importante cargo, pero si una disimulada participación tras bastidores, al menos en la toma de decisiones en cuanto a cambios de mando.

En diciembre del 95, junto a los jugadores, en una caravana motorizada por las distintas calles de Guayaquil celebraban también el campeonato de aquel año, Romero, Nebot, Moeller, y Nicolás Lappenti también del PSC y por varios años Prefecto de la provincia del Guayas, en una camioneta y en primera línea, robándole protagonismo a los mismos futbolistas. Era época de campañas electorales para el país y había que aprovechar el momento de gloria asociando el triunfo con la política. Sin embargo, las elecciones tendrían un giro inesperado y seria Abdalá Bucaram quien llegaría al Palacio de Carondelet.

Durante su corto mandato Bucaram no desaprovecharía la oportunidad de ligar a BSC con el Partido Roldosista Ecuatoriano (PRE). “El loco que ama” se autoproclamó presidente del Ídolo sin elecciones de por medio, y nombró a Eduardo Azar del PRE como su mano derecha. Hace unos días, Abdalá Bucaram Jr., actual asambleísta, criticaba fuertemente la inmersión de políticos en Barcelona, no sin antes ofrecer a Alfonso Harb (PSC) sus servicios como miembro de la Comisión del Futbol del Ídolo.

A las elecciones del 2007 llegó un binomio presentado como empresarios jóvenes y exitosos, expertos en negocios y marketing. Uno era el millonario heredero Luis Noboa, quien a los pocos meses de estar en Barcelona ingresaría a la política y sería elegido como Asambleísta por el Partido Renovador Institucional Acción Nacional (PRIAN), de su tío Álvaro Noboa, cuatro veces candidato a presidente de la republica. El otro, el personaje más nefasto en la historia de Barcelona Sporting Club, Eduardo Maruri Miranda, en aquel entonces también miembro de la Asamblea Nacional por el partido Una Nueva Opción (UNO), y amigo personal de Jaime Nebot. En enero del año que terminó, en una entrevista a El Universo el banquero Fidel Egas, principal fuente de recursos en la administración de Maruri, manifestó que éste ingresó a Barcelona para impulsar su carrera política y suceder a Nebot en la alcaldía de Guayaquil. Estas intenciones también fueron confirmadas por el argentino Carlos Alfaro Moreno, ex jugador del club y actual comentarista deportivo, quien criticó duramente en su blog a Maruri. “Comenzó contándome que se iba a lanzar como candidato a la presidencia de BSC, pero que aspiraba ser Alcalde, y que me ofrecía la Vicepresidencia Deportiva y que después de dos años me aseguraba que el club lo iba a manejar yo”, confesó Alfaro.

Hoy Maruri está desaparecido, en Estados Unidos según se rumora, sin dar cuentas a nadie acerca de los más de 25 millones de dólares que recibió durante su administración y que él, inexplicablemente, convirtió en el más grande déficit en la historia del club – la aterradora cifra de casi veinte millones de dólares según datos de la prensa. Las auditorias que prometió desde noviembre del 2007 y que en cada asamblea de socios aplazaba unos meses más, jamás fueron presentadas. Por otro lado, antes de abandonar el club, Maruri rompió unilateralmente la relación contractual que ligaba a BSC con Teleamazonas por derechos de transmisión de partidos (lo cual le significa a Barcelona una multa de seiscientos mil dólares) a favor de dos canales de propiedad del actual gobierno, TC Televisión y GamaTv.


Eduardo Maruri, político, renuncia a Barcelona en medio de lágrimas. Su carrera política esta muerta. Le sucede Alfonso Harb, también político

Barcelona enfrenta la más profunda crisis institucional de su vida. El actual presidente, Alfonso Harb, quien es recordado en la política por desenfundar un revolver en pleno congreso, anunció que Barcelona no cuenta con un solo centavo para el 2011 y que el adelanto de tres millones de dólares de parte de GamaTv y TC, equivalente a dos años de contrato, ya fue gastado (sabrá Dios en que). Se conoce también que el estadio está hipotecado al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social por seiscientos mil dólares para cubrir una deuda con esta entidad, y que existen también alrededor de siete fideicomisos, acreedores que desde ya son dueños de los ingresos por taquillas para el torneo entrante. Al mismo tiempo diariamente salen a la luz nuevos prestamistas en busca de su dinero, como el Banco de Machala y el mismo Luis Noboa, a quienes se les deben varios millones.

Aparece entonces con su llamado “plan de salvación” una nueva figura de la política nuestra: el vicepresidente de la Asamblea Nacional, Rolando Panchana, del oficialista Alianza PAIS. El plan Panchana, anunciado a la nación con bombos y platillos a través de una pomposa rueda de prensa, incluye la peligrosa compra de la capacidad de voto a cambio de considerables sumas de dinero, a lo que inexplicablemente él llama “democratizar a Barcelona”. Exige también la entrega de la base de socios de BSC (sin ser uno de ellos), documento para el cual el directorio de Maruri creó tantas trabas que ni Julian Assange de WikiLeaks podría acceder al mismo. Por último, el plan también incluye la introducción de varios legisladores del partido de gobierno en BSC para reformar los estatutos del club, lo que Panchana considera no es ninguna intromisión política. ¡Vaya paradoja!

Barcelona necesita una reforma estatutaria profunda. Es cierto y asimismo urgente. Pero una que evite irrefutablemente el futuro ingreso de los oportunistas que han usado al club como trampolín político. Que expulse permanentemente a los políticos que sean actualmente parte del directorio. Que revoque la presidencia vitalicia de Jaime Nebot. Y que le otorgue el verdadero alcance y poder que merece “el máximo organismo, la Asamblea de Socios”, los cuales además merecen constantemente saber la realidad económica del club. Solamente librándose de la peste de la mafia política, Barcelona podrá alcanzar la tan necesaria transformación total, de estructura administrativa y financiera, de transparencia, que lo ayude a despertar de esta pesadilla y lo lleve a ser nuevamente el tan querido club que tantas glorias le dio a su inmensa hinchada. ¿Qué esperan los socios y demás barcelonistas de bien para unirse y actuar?